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Última actualización: 29/04/2025 9:04

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Materiales compuestos de nanocelulosa y arcilla con propiedades especiales

Científicos del CSIC han obtenido un material que combina nanocelulosa y nanofibras de arcilla, al que se le puede añadir diferentes aditivos para incorporar nuevas características a voluntad. Parecido al papel, podría emplearse en la producción de papeles especiales como por ejemplo billetes, envases antibacterianos para alimentación, papeles conductores o magnéticos.

 Capa de nanofibras de celulosa y arcilla. Capa de nanofibras de celulosa y arcilla. La nanocelulosa es un material con un gran potencial. Es ligera, transparente, muy resistente y biocompatible. Hace unos años apareció en el escenario como uno de los materiales que más prometían en el ámbito tecnológico. Hay tres tipos de nanocelulosa: microfibras de celulosa, celulosa nanocristalina o celulosa bacteriana.

Un grupo de científicos del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del CSIC ha desarrollado un material que combina nanocelulosa con unas arcillas especiales de tipo fibroso como la sepiolita. Tanto el material obtenido como su método de producción han sido patentados por el CSIC.

Ambos materiales se combinan como hidrogeles altamente viscosos dando lugar a nanocomposites, que pueden contener aditivos dotándoles de propiedades deseadas. Los poros de las nanofibras de arcilla  “atrapan” de forma homogénea estos aditivos, lo que permite funcionalizar el material a voluntad, por ejemplo para dotarle de color, si se añaden pigmentos; de conductividad, si se añaden nanotubos de carbono; de magnetismo, si se añaden nanopartículas de óxidos de hierro; de propiedades bactericidas si se añade algún compuesto antibacteriano, entre otros.

Nanocelulosa en la forma de hidrogel. Nanocelulosa en la forma de hidrogel.

El gel que se obtiene se puede transformar después en un material estable y homogéneo, de varias formas: láminas, barras o nanofibras en suspensión. Entre sus aplicaciones destacan todo tipo de papeles especiales, espesantes (en el caso de las nanofibras en suspensión); en alimentación y farmacología humana o animal; o retardantes de llama, etc.   

El método es seguro y limpio desde un punto de vista ambiental. En este momento los científicos están trabajando en su escalado y diversificación de aplicaciones. Entre sus ventajas destacan que se trata de un método sencillo y ecológico que preserva las propiedades de ambos componentes durante su procesado.

Más información:

Marisa Carrascoso Arranz
Vicepresidencia Adjunta de
Transferencia del Conocimiento- CSIC
Tel.: + 34 – 91 568 15 33 Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.