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Última actualización: 29/04/2025 9:04

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Débora Zurro, arqueóloga: “Las historias que se han construido hasta el momento sobre la humanidad no son sobre la humanidad”

Débora Zurro es arqueóloga e investigadora de la Institución Milá y Fontanals del CSIC (IMF-CSIC). La suya es una investigación centrada en los restos vegetales procedentes de yacimientos arqueológicos, una especialidad de la arqueología conocida como arqueobotánica.

Débora Zurro durante la entrevista en la Institución Milà i Fontanals (IMF-CSIC)Débora Zurro durante la entrevista en la Institución Milà i Fontanals (IMF-CSIC)Uno de los motivos por los que trabaja en esta especialización es por su recurrente asociación a la esfera de trabajo femenina, área en la que desarrolla parte de su trabajo. "La arqueología de las mujeres, la arqueología de género y la arqueología feminista no son sinónimos exactos", puntualiza la arqueóloga, "ya que parten de posicionamientos teóricos diferentes". Sin embargo, todas ellas comparten dos características importantes: por un lado, están centradas en la figura de la mujer en la prehistoria; y por otro, todas han criticado el método por el cual se genera conocimiento. “Han puesto de manifiesto que una parte no se estaba teniendo en cuenta”, afirma Zurro.

Las historias que se han construido hasta el momento sobre la humanidad "no son sobre la humanidad", dice Zurro, "sino únicamente sobre los hombres". "Yo no creo que la mayoría de la gente sea consciente de hasta qué punto la generación de conocimiento tiene un sesgo androcéntrico", opina Zurro, "y las implicaciones que esto tiene en relación a cómo vemos el mundo".

Este sesgo androcéntrico existe incluso a nivel médico, señala, y hasta hace poco no hemos sabido que en un infarto las mujeres tienen síntomas diferentes de los hombres, o que la mayoría de enfermedades mentales están diagnosticadas sobre hombres. Este sesgo no solo oblitera parte de la realidad e invisibiliza a las mujeres, sino que es incorrecto científicamente, porque explica el todo por una parte. "Tuvieron que incorporarse las mujeres a la academia para que alguien dijera: «esto no puede estar bien»", comenta Zurro.

La crítica de la arqueología de género ha puesto de manifiesto que nuestras visiones sobre el pasado están sesgadas y dirigidas.

La crítica de la arqueología de género ha puesto de manifiesto que nuestras visiones sobre el pasado están sesgadas y dirigidas. Esta mirada dirigida, explica Zurro, "es fruto de la inercia histórica", que hace que miremos las cosas de una determinada manera. Afirma la investigadora que tendemos a "retroproyectar" al pasado nuestras visiones actuales de lo que es un hombre y lo que es una mujer y, en consecuencia, la investigación se dirige a confirmar o reproducir esos mismos planteamientos binarios sin cuestionarlos.

Un ejemplo son las representaciones de arte rupestre. La arqueóloga explica que siempre salen hombres pintando las figuras, porque se asume que son ellos los que tienen la capacidad de generar simbolismo. "En realidad no sabemos quién lo hacía", continúa Zurro, "¿por qué se decide que son los hombres los que dibujan y no adolescentes, mujeres u hombres mayores?".  Esta simple crítica, dice Zurro, "hace reaccionar", y "contribuye a la creación de sociedades más igualitarias".

Ciertas ideas estereotipadas sobre los hombres y las mujeres de la prehistoria aún están en el imaginario colectivo, afirma Zurro. En un contexto de mucha discusión "sobre qué es innato y qué es cultural en las personas", la investigadora resalta el ejemplo del arquetipo viril, que en ocasiones se usa para justificar ciertos comportamientos violentos de algunos hombres bajo el pretexto de que "al fin y al cabo, todo hombre lleva un cazador dentro". También se pueden oír afirmaciones del tipo "las mujeres son maternales porque se quedaban en las cuevas cuidando del bebé", dice Zurro, "pero desconocemos quien se ocupaba de los cuidados, aunque podemos hipotetizar al respecto", afirma.

Para alejarnos de esta mirada dirigida, lo importante es determinar qué es crucial en cada investigación en concreto, dependiendo de las preguntas que cada investigador tenga. El investigador debe plantearse los siguientes interrogantes: "¿qué pregunto a qué?" y "¿para saber qué cosa?".

Para preguntas sobre la prehistoria que generan narrativas generales, dice Zurro, no se puede tomar una parte como explicativa del todo. "Tengo que tener una visión global y holística de las sociedades, y eso implica muchas cosas", continúa la investigadora. La arqueología de género pone de manifiesto que las sociedades fueron y pueden ser de muchas maneras. "El orden de cosas que tenemos hoy no es definitivo en nada, las sociedades cambian, y pueden cambiar como queramos también", dice Zurro, "y esto abre posibilidades".

Las disciplinas científicas también tienen una inercia muy fuerte, explica la investigadora. "El hecho de que se haya estudiado mucho la fauna significa que hay muchos expertos en fauna grande. Si tú eres un estudiante que quieres formarte, por ejemplo, en análisis de pescados, no hay tanta gente a quien recurrir; no hay colecciones de referencia". A pesar de esta fuerte inercia en las disciplinas, "las cosas han cambiado mucho", afirma la investigadora, y explica que actualmente muchos arqueólogos y arqueólogas se dedican a la arqueobotánica y a otros tipos específicos de fauna como aves y pescados. Respecto a los roles de mujeres y hombres, estos cambios también han llegado al imaginario colectivo y a la ficción, con películas de animación como Brave que combaten ideas estereotipadas del pasado. "Yo soy optimista. Si no, no haría esto", concluye.

Más: Perfiles de Ciencia - Débora Zurro

Paula Talero Álvarez & Sabela Rey Cao / Delegación del CSIC en Catalunya