30 años de R+D CSIC
En el año 2009, investigadores del Instituto de Análisis Económico (IAE) del CSIC explicaban a R+D CSIC la dinámica de los bancos y la política monetaria en el contexto de la crisis desatada en el 2008. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
Sede del Banco Central Europeo (BCE)Hugo Rodríguez Mendizábal, investigador del Instituto de Análisis Económico (IAE-CSIC), estudiaba entonces el papel de los instrumentos de los que disponía la Eurozona y el Banco Central Europeo para hacer frente a momentos de crisis. Ahora, casi tres lustros después, volvemos a estar en una situación de incertidumbre. Aunque las causas son diferentes, ¿ha habido algún cambio en los elementos de la política monetaria desde entonces?
La pérdida de la simetría
Tal como se explicaba en 2009 en este artículo, la investigación de Rodríguez Mendizábal apuntaba que el Banco Central Europeo (BCE) podía gestionar mejor la política monetaria en tiempos de crisis si rompía la simetría que mantenía en los tipos de interés por los préstamos y los depósitos que daban a los bancos comerciales, unos instrumentos denominados “facilidad de crédito” y “facilidad de depósito”.
Así lo reflejó en un estudio, realizado junto a Gabriel Pérez Quirós, del Banco de España, y publicado en IMF Economic Review, del Fondo Monetario Internacional.
Cuando un banco comercial necesita liquidez y ninguna entidad le da un préstamo, aclara Hugo Rodríguez Mendizábal, “tiene la opción de pedir un préstamo de un solo día al BCE, por el que pagará el tipo de interés del dinero más un tanto por ciento”. Es lo que se conoce como “facilidad de crédito”. Y, al contrario, “si un banco tiene muchas reservas y quiere sacar algún interés por ellas, puede hacer un depósito de un solo día en el BCE, depósito por el que cobrará el interés del dinero menos un tanto por ciento (“facilidad de depósito”). Ese diferencial que se resta o se suma era siempre el mismo: si el interés del dinero está en el 4%, por una facilidad de crédito se pagaría el 5% (4% + 1), y el interés a cobrar por una facilidad de depósito sería un 3% (4% - 1).
Esa simetría jamás se puso en cuestión, dice Rodríguez Mendizabal, “se aceptaba como un valor inalterable”. Y ese es uno de los grandes cambios en los últimos años, cuando en el 2013 se rompió la simetría.
“Nosotros argumentamos en nuestro trabajo de 2008 que el BCE tenía una gran herramienta si rompía esa simetría, aunque no creo que nuestro artículo fuese lo que les hizo cambiar de estrategia”, bromea. “Se vieron forzados cuando el interés del dinero llegó al 0%. Por unos años, no querían seguir bajando y entrar en tipos de interés negativos”. Lo interesante, añade, es que el BCE ha mantenido esa asimetría porque se ha dado cuenta de que es una buena herramienta para controlar las reservas de los bancos (los saldos líquidos que las entidades de crédito mantienen depositados en el BCE).
“Los bancos tienen casi 20 veces más reservas que en el 2008 y la asimetría de tipos no va a hacer que desaparezca”, aunque se podrá usar cuando los niveles de liquidez vuelvan a ser los de antes de la crisis
Actualmente, aclara Rodríguez Mendizábal, “los efectos que pudiera tener la asimetría en los tres tipos de interés oficiales sobre la cantidad de reservas que demandan los bancos es insignificante en comparación con la extraordinaria expansión monetaria que el BCE ha generado en los últimos 14 años, consecuencia de las sucesivas crisis que hemos vivido desde entonces: la crisis financiera, la consecuente recesión, la crisis de deuda soberana y la pandemia de Covid”.
“Los bancos tienen casi 20 veces más reservas que en el 2008 y la asimetría de tipos no va a hacer que desaparezca”. En cualquier caso, esta asimetría se incluye ahora en el arsenal de instrumentos a disposición del BCE para poder ser usada cuando los niveles de liquidez vuelvan a sus valores de antes de la crisis.