Hasta ahora, y de acuerdo con las evidencias recogidas, se ha asumido que el compuesto contaminante decabromodifenil éter que puede hallarse en los ríos no podía entrar en la cadena alimentaria, ya que su molécula es demasiado grande para atravesar las membranas celulares de los organismos acuáticos. Un equipo del CSIC demuestra, en el marco del proyecto europeo Aquaterra, que esto no es así y que la molécula, al contrario de lo que se suponía, puede ser ingerida por los peces.
Projectes
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Un equipo del CSIC y del ICFO ha desarrollado un biosensor basado en nanopartículas para detectar el uso de hormonas ilegales. El prototipo detecta estanozolol y basa su funcionamiento en la combinación de nanopartículas y biomoléculas. Es más rápido y sensible que los sistemas actuales (en 20 minutos hace un análisis) y tiene aplicacion en el ámbito de la agroalimentación, la medicina y el control antidopaje.