Ciencia y empresa colaboran en Robocup

Un equipo de científicos y estudiantes del Instituto de Robótica e Informática Industrial (CSIC-UPC), de la empresa PAL Robotics y de la asociación AESS Estudiants se han aliado para participar en la competición internacional Robocup@home. Con el robot REEM han conseguido la séptima posición y obtener, además, un intercambio de conocimientos y experiencia de inestimable valor.

El equipo REEM@IRI en Robocup. En la foto: arriba de izquierda a derecha: Ricardo Tellez (líder del equipo), David Lucas, David Martinez, Ruben, Gerard, Cecilio Angulo, REEM, Miguel, Albert y Sam. Al frente: Yalim, Jona, Jordi, Andreu y Guillem Alenyà.Robocup 2013 reúne cada año a equipos de todo el mundo para poner a prueba sus robots y sus capacidades de programación. La competición reúne diferentes concursos: de robots futbolistas, robots de rescate, robots domésticos y una competición de nivel junior, entre otros.

Un equipo de investigadores y estudiantes del Instituto de Robótica e Informática Industrial (CSIC-UPC), de la empresa PAL Robotics y de la asociación AESS Estudiants, que agrupa estudiantes de diferentes centros de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), se han unido para participar, por vez primera en Robocup. El equipo ha estado liderado por Ricardo Tellez, de la empresa Pal Robotics, con sede en Barcelona; Guillem Alenyà, investigador del CSIC en el IRI; y Cecilio Angulo, investigador de la UPC. Aunque es la primera vez que participan en la competición Robocup, no es la primera vez que colaboran estas entidades.

Con el robot REEM han participado en el concurso de robots domésticos Robocup@home. Aquí, los robots concursantes deben ser capaces de hacer tareas rutinarias que se dan en la vida diaria a nivel doméstico: moverse por la casa, reconocer y coger objetos de una mesa, seguir a personas…

"En la universidad y en centros como el IRI hacen investigación de alto nivel de forma libre y creativa. A nosotros nos interesa eso y a ellos les interesa poner en práctica su conocimiento con un robot humanoide"

Guillem Alenyà, investigador del CSIC en el IRI, explica que se trata de una experiencia muy enriquecedora. “Este tipo de robots humanoides, como el REEM, son caros y es muy difícil acceder a ellos. La empresa nos ha financiado, nos ha permitido trabajar con el robot y usar sus instalaciones incluso los fines de semana,  y nos ha ayudado en la programación del robot. Para los estudiantes y los investigadores es una gran oportunidad”.  Para la empresa, sigue Alenyà, “es interesante que un grupo externo utilice y programe su robot para cosas que ni siquiera ellos mismos habían imaginado. Es una sinergia muy positiva”.

Por su parte, Ricardo Tellez, de Pal Robotics, explica: “Nosotros producimos robots de servicio que de momento hacen tareas sencillas. Conseguir que estos robots sepan hacer cosas más complejas como planchar o limpiar queda todavía muy lejos. Desarrollar esas habilidades en el ámbito de la empresa es muy costoso, no disponemos de los recursos ni del tiempo. En cambio, en la universidad y en centros como el IRI hacen investigación de alto nivel de forma libre y creativa, sin un objetivo concreto. A nosotros nos interesa eso y a ellos les interesa poner en práctica su conocimiento con un robot humanoide”.

El robot REEM entregando su formulario de inscripción para participar en la competición. En esta transferencia de conocimiento, el equipo ha dotado a REEM de la habilidad para manipular objetos no rígidos (es, de hecho, una línea de investigación que se desarrolla en el IRI). Concretamente, se le ha programado para que sea capaz de recoger una chaqueta de las manos de una persona, cogerla por el lugar correcto (el cuello) y colgarla en un perchero.

También, los estudiantes han programado a REEM para que sea capaz de presentarse ante una persona, aprender su nombre y memorizar su rostro, preguntarle qué quiere beber, ir a la cocina, identificar sobre una mesa la bebida que busca, cogerla y llevársela a la persona. Otra habilidad nueva que le han dado a REEM es la capacidad de seguir a una persona – hasta ahora, el robot sólo sabía seguir una ruta de las que ya tenía pre-trazadas, actuando así como guía.

Son tareas que combinan muchas habilidades: reconocimiento de rostros y de voz, reconocimiento de objetos sobre una mesa y capacidad de cogerlos, navegación en un entorno desconocido (moverse por una sala llena de personas y objetos), manipulación de objetos blandos…   

“Y algo bueno de la colaboración, enfatiza Tellez, es que se da una transferencia de conocimiento a algo que ya existe, un producto comercial como es este robot REEM”.

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