Ingrediente alimentario con propiedades antihipertensivas

Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación del CSIC identificó, hace tres años, péptidos con actividad antihipertensiva a partir de proteínas lácteas. Esta actividad nunca había sido descrita en dichos péptidos. Ahora, un ensayo clínico de doble ciego ha demostrado su actividad antihipertensiva en humanos.Los péptidos, que se van a comercializar como ingrediente alimentario a través de la empresa Innaves, pueden ser incorporados a numerosos productos, ya que resisten procesos habituales de la industria alimentaria como la pasteurización, la homogeneización y el secado por atomización.

Un péptido obtenido de proteínas lácteas. Foto: CSICLas caseínas, las proteínas mayoritarias de la leche, contienen péptidos beneficiosos para el control de la hipertensión. Estos péptidos se obtienen al romper la proteína en estructuras más pequeñas, proceso que a nivel industrial se puede realizar mediante hidrólisis o fermentación.

Un grupo de investigadores del CSIC ha identificado unos nuevos péptidos con actividad antihipertensiva a partir de las caseínas. Por primera vez se ha descrito la actividad antihipertensiva de estos péptidos, explica Isidra Recio, investigadora del CSIC y una de las artífices del trabajo.

Durante tres años los investigadores han estado desarrollando y optimizando el proceso de obtención de estos péptidos mediante hidrólisis enzimática, trabajando estrechamente con la empresa Innaves. Esta última ha licenciado el procedimiento de obtención que permite obtener un ingrediente con la concentración necesaria de péptidos y con buenas características organolépticas. En el desarrollo de la tecnología se contó con el apoyo de programas de las Consellerías de Economía y Medio Rural de la Xunta de Galicia.

La noticia ahora es que los péptidos, cuyo uso ya está patentado junto con el procedimiento de obtención, han sido probados en un ensayo clínico en el Hospital Ramón y Cajal, en Madrid.

Efecto beneficioso demostrado

Los resultados de este ensayo de doble ciego aleatorio, en el que han participado un centenar de personas durante seis semanas, muestran que hay una reducción significativa de la presión arterial en pacientes hipertensos. Durante las 6 semanas tomando el producto se han logrado disminuciones medias de la presión arterial sistólica de 12,5 mm Hg (1,25 unidades).

Isidra Recio, investigadora del CSIC, advierte que no se debe considerar el uso estos péptidos en sustitución a los medicamentos sino como ingrediente incorporado a distintos alimentos, que pueden ejercer un efecto beneficioso para personas que tienen una ligera hipertensión o para hipertensos en combinación con medicación. En personas normotensas no tienen ningún efecto. “Eso permite que puedas tener el producto en casa sin miedo a que lo tome un niño y, por otro lado, tampoco hay riesgo de que cause bajadas de tensión importantes porque su efecto es moderado, aunque suficiente para tener beneficios en casos de ligera hipertensión”.

Una ventaja del procedimiento patentado frente a otros similares es que permite obtener los péptidos con un alto nivel de control

Actualmente, la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) está evaluando los péptidos para su uso como ingrediente alimentario en alimentos funcionales. La empresa Innaves comercializará el ingrediente alimentario, que técnicamente es como un queso en polvo, bajo la marca registrada de Lowpept, y actualmente están negociando con empresas interesadas en incorporar el ingrediente alimentario a sus productos.

Resisten procesos habituales de la industria

Los péptidos se pueden incorporar a numerosos productos alimentarios. Una ventaja novedosa del procedimiento patentado frente a otros similares es que permite obtener esos péptidos con un alto nivel de control: modulando variables como la relación enzima-sustrato y el tiempo se puede conseguir, a voluntad, la concentración de los péptidos antihipertensivos. Después, se puede aplicar a numerosos productos, como leche, yogures, queso, alimentos de base no láctea, galletas, barritas de cereales y un largo etcétera.

Por otro lado, los péptidos resisten procesos habituales de la industria alimentaria como pasteurización, homogeneización o secado por atomización. Se ha comprobado que incorporados en un producto fresco, como el yogur, mantienen su actividad durante toda la vida útil del producto, unas seis semanas en refrigeración. El ingrediente en polvo se ha obtenido por un proceso de secado por atomización en el que los péptidos pueden mantener su actividad durante largo tiempo.

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